ARCANOS DEL TAROT- LA EMPERATRIZ

ARCANOS DEL TAROT- LA EMPERATRIZ

En este cuarto arcano mayor( el número 
3 en las cartas), corresponde a la emperatriz, 
es el segundo arcano con una figura femenina 
que tiene en sus manos ciertas armas de 
poder lo que indica que dentro de cada persona 
hay un cierto poder femenino que hay que saber
descubrir, despertar y controlar. Estas armas en
ambas cartas se representan de manera distinta,
ya que en el caso de la emperatriz del tarot de
Marsella el cetro esta colocado en su mano
izquierda, como símbolo del poder femenino que
ayuda a la transformación, mientras que en la
emperatriz del tarot Rider waite el cetro esta en 
su mano derecha como símbolo de que la 
creatividad y la fuerza masculina esta dentro de 
cada mujer.
En muchas ocasiones esta carta se suele 
representar con la mujer en estado de buena 
esperanza, lo que nos indica ese posible 
alumbramiento hacia otra etapa de la vida.
En caso de la carta del Tarot de Marsella los 
colores utilizados son azules,rojos, dorados y 
anaranjados, ello nos habla de que esta carta nos 
invita a comunicarnos con nosotros mismos, 
explorando nuestros sentimientos, nuestros deseos 
y buscando esa seguridad que nos da el hecho 
de ver que con fuerza de voluntad todo es posible
de alcanzar, que cuando despertamos nuestro 
verdadero potencial, recogemos los conocimientos 
que la fuente nos ofrece y por lo tanto somos 
dignos de llevar la carga de la responsabilidad 
del camino que nos conduce hacia esa sabiduría 
que venimos sembrando y que ahora nos ofrece
sus primeros frutos. También podemos observar 
que la imagen de su escudo es como una águila 
que indica el poder sobre la visión interior, 
sobre la intuición y la capacidad de ver más allá 
de la perspectiva plana de la vida, en este caso 
se invita a la persona a ver desde una visión 
más elevada y neutral, para que las emociones
no impidan ver la realidad.
En la carta del Tarot Rider Waite o universal, 
los colores son rojos, amarillos y blancos, eso 
nos indica que se busca la seguridad de la vida, 
donde las emociones y los sentimientos han de 
estar acordes a los pensamientos, donde los 
pasos a realizar han de ser llevados desde la 
pureza del alma, que es la que puede ayudar 
a florecer a la persona o ser en una perspectiva 
muy distinta a la que se puede vivir en ese 
momento. El paisaje que rodea a la figura nos 
habla de esa necesidad de sentirse anclado en 
un sitio fijo, donde sembrar nuevas oportunidades 
y donde recoger nuevos conocimientos y 
experiencias que siguen elevando el alma.
También se puede apreciar un río en un lateral, 
que es indicativo de ese fluir de la energía, de 
esa limpieza del interior y que hace nutrir nuevas 
oportunidades.
Aquí las armas de la mujer son diferentes 
sobretodo su escudo en forma de corazón, con 
una esfera dorada y alada, símbolo de que a 
través del amor la luz y la energía se expande 
y puede volar en libertad hacia templo superiores.