domingo, 20 de diciembre de 2020

CARTA DE NAVIDAD


 CARTA DE NAVIDAD

Este año quizás no vaya a ser como todos los demás,

en el transcurso de sus meses hemos tenido que lidiar

con muchas circunstancias difíciles de gestionar, que 

nos han sacudido, entristecido y dejado un sentimiento

de rabia, incertidumbre y que también nos han 

resquebrajado en el interior.

Es por ello que no hay mejor momento, que este para

dejar escrita esta carta que pretende dejar constancia

del sentir de muchos, de los sueños que todavía hay 

por cumplir, de la esperanza de que todo pase y de

que de alguna manera todo vuelva a ser poco como

antes, aunque jamás volverá a ser lo mismo en el

interior del corazón.

No se si será catalogado como un año maldito, pero

si se que será un punto de inflexión, que nos ha

hecho ver con claridad que todos podemos vernos

inmersos en batallas difíciles de ganar, que aquí,

no hay primeros, segundos ni terceros mundos,

sino uno en el cual todos estamos expuestos a 

circunstancias no controladas y que dejar a flor de 

piel lo vulnerables y frágiles que podemos ser.

De nada ha servido el manifestar que todos teníamos

que navegar en una misma dirección, que la unión 

nos hacia fuertes, que todos teníamos que poner de 

nuestra parte para evitar un colapso mayor, que la 

solidaridad, la generosidad y el amor hacía el prójimo

era lo que debía de enarbolar el estandarte que nos

volviera a la normalidad, si las bases han estado 

desde el primer momento torcidas y nada ni nadie sabe

como poner remedio y nunca se sabrá la verdad.

Lo único cierto es que las familias han perdido seres 

queridos, que siguen estando separadas, que esto a 

generado, más fragmentación, más vacío interior,

que los extremos se han hecho más visibles y que

cada cual se esta posicionando en una franja donde sin

haber guerras, todos tienen rabia, ira, dolor, y la 

sensación de esta dentro de una pesadilla, de la cual 

no se clara solución. La triste realidad es que estamos

dentro de una prisión, donde los sentimientos bloquean,

limitan, dejan un rastro de una extraña sensación de 

haber perdido el contacto con el corazón.

En esta Navidad, no vamos a estar los de siempre, 

habrá lugares vacíos, personas alejadas que en soledad

van a tener que sentir el abrazo de quienes siendo de 

su misma familia, no pueden llegar, se tendrá que ser 

realista y pensar que es mejor no realizar despilfarro 

y consumismo, por que mañana no sabemos que puede 

pasar, que es mejor guardar y asegurar que no falta un plato

en la mesa, una luz en la escalera, y un tronco en el que

calentar el alma, que sentir el frío en los pies y el dolor

de no saber como seguir adelante en este mundo, donde 

los valores se han perdido y nadie esta libre de caer en

el silencio eterno del ayer.

Quisiera tener esperanza y fe de que tras este largo periodo

el mundo va a comprender, que hay que mirar hacia adentro,

como amor, con altruismo, con humildad en el corazón.

Quiera creer que todo va dar un giro y vamos a cambiar

nuestra mirada y actuación, pero siendo realistas esto 

es solo una bella utopía que no vera la luz en este mundo

gobernado por la sin razón

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