CARTA DE NAVIDAD
Este año quizás no vaya a ser como todos los demás,
en el transcurso de sus meses hemos tenido que lidiar
con muchas circunstancias difíciles de gestionar, que
nos han sacudido, entristecido y dejado un sentimiento
de rabia, incertidumbre y que también nos han
resquebrajado en el interior.
Es por ello que no hay mejor momento, que este para
dejar escrita esta carta que pretende dejar constancia
del sentir de muchos, de los sueños que todavía hay
por cumplir, de la esperanza de que todo pase y de
que de alguna manera todo vuelva a ser poco como
antes, aunque jamás volverá a ser lo mismo en el
interior del corazón.
No se si será catalogado como un año maldito, pero
si se que será un punto de inflexión, que nos ha
hecho ver con claridad que todos podemos vernos
inmersos en batallas difíciles de ganar, que aquí,
no hay primeros, segundos ni terceros mundos,
sino uno en el cual todos estamos expuestos a
circunstancias no controladas y que dejar a flor de
piel lo vulnerables y frágiles que podemos ser.
De nada ha servido el manifestar que todos teníamos
que navegar en una misma dirección, que la unión
nos hacia fuertes, que todos teníamos que poner de
nuestra parte para evitar un colapso mayor, que la
solidaridad, la generosidad y el amor hacía el prójimo
era lo que debía de enarbolar el estandarte que nos
volviera a la normalidad, si las bases han estado
desde el primer momento torcidas y nada ni nadie sabe
como poner remedio y nunca se sabrá la verdad.
Lo único cierto es que las familias han perdido seres
queridos, que siguen estando separadas, que esto a
generado, más fragmentación, más vacío interior,
que los extremos se han hecho más visibles y que
cada cual se esta posicionando en una franja donde sin
haber guerras, todos tienen rabia, ira, dolor, y la
sensación de esta dentro de una pesadilla, de la cual
no se clara solución. La triste realidad es que estamos
dentro de una prisión, donde los sentimientos bloquean,
limitan, dejan un rastro de una extraña sensación de
haber perdido el contacto con el corazón.
En esta Navidad, no vamos a estar los de siempre,
habrá lugares vacíos, personas alejadas que en soledad
van a tener que sentir el abrazo de quienes siendo de
su misma familia, no pueden llegar, se tendrá que ser
realista y pensar que es mejor no realizar despilfarro
y consumismo, por que mañana no sabemos que puede
pasar, que es mejor guardar y asegurar que no falta un plato
en la mesa, una luz en la escalera, y un tronco en el que
calentar el alma, que sentir el frío en los pies y el dolor
de no saber como seguir adelante en este mundo, donde
los valores se han perdido y nadie esta libre de caer en
el silencio eterno del ayer.
Quisiera tener esperanza y fe de que tras este largo periodo
el mundo va a comprender, que hay que mirar hacia adentro,
como amor, con altruismo, con humildad en el corazón.
Quiera creer que todo va dar un giro y vamos a cambiar
nuestra mirada y actuación, pero siendo realistas esto
es solo una bella utopía que no vera la luz en este mundo
gobernado por la sin razón
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