4ª ETAPA DEL CAMINO DEL GRIAL - LA REINA GINEBRA " LA DAMA BLANCA"

LA REINA GINEBRA " LA DAMA BLANCA"

En esta cuarta etapa del camino entramos en un punto 

de conexión con nuestra esencia femenina y con el 

poder que puede engendrar nuevas semillas de 

crecimiento en todos los aspectos. Es la representación 

de la lucha interior, entre todo aquello que nos motiva, 

activa y da esplendor y lo que nos interioriza, analiza

y aletarga nuestro avance. Es por lo tanto una etapa 

de reflexión y análisis, para ver que partes de nosotros 

hay que desplegar, para que la nueva sabia pueda 

ayudar a florecer nuevas ideas proyectos u objetivos, 

y cuales son las que nos limitan, estancan y hay que 

saber descartar o eliminar.

El personaje que nos ayuda en este punto es la Reina 

Ginebra, conocida como la "Novia florida" o la "Dama 

Blanca". Es la esposa del Rey Arturo con quien lleva 

la responsabilidad de su reinado y de su legado por 

condición social, aportando estabilidad estructural y 

sabiduría, por lo que su relación se fundamenta en 

algo muy esquematizado y sin ese punto de amor 

motivacional, sino protocolario, mientra que por otro 

lado es la amante de Lancelot con quien comparte 

su lado más activo y pasional de la vida, la que 

empuja a crecer y a sentir el verdadero valor de la 

vida, siempre dentro de un respeto.

Cuando recibe el nombre de la novia florida es porque 

se la consideraba la representación del verano y 

el invierno, por sus relaciones con Arturo (invierno) 

y Lancelot (verano), ya que con uno era esplendor y 

con el otro reserva, pero sabia florecer y dar esa 

sabiduría, símbolo de su gran poder interior. 

Como la dama blanca se la nombraba así porque era 

símbolo de esa alma en proceso de transformación, 

que desde su parte más oscura y profunda para 

puliendo su esencia para abrirse con todo su poder 

interior y mostrar al mundo, su verdadero conocimiento.

A nivel del arcano del tarot, estamos ante la 

representación de la Emperatriz, la figura de la mujer 

empoderada, que sabe engendrar nuevas etapas en 

su vida, iniciar ideas llenas de creatividad, abundancia 

de proyectos con los que prosperar y sentir que crece 

en todos los aspectos.

Meditación de Las dos caras del amor de 

la Reina Ginebra

Como siempre una vez encontrado ese lugar tranquilo 

donde nadie pueda molestar y empezado a realizar 

esas respiraciones profundas para liberar tensiones, 

preocupaciones y sentir que se entra en contacto con 

nuestra esencia interior.

Empezamos a visualizar un hermoso camino que tiene 

por un lado un profundo acantilado, desde donde se 

puede apreciar la bravura del mar, oír el estrépito de 

las olas al chocar contra las afiladas rocas y por otra 

una extensa llanura verde, donde las flores silvestres 

nacen por doquier, siendo mecidas por el aire que 

hace que se impregne todo de miles de aromas sutiles 

y agradables. Conforme vamos avanzando por el 

sendero, empezamos a entrever una figura acercándose 

en un hermoso caballo blanco, que ricamente adornado, 

sigue su trote de forma armónica, lo que hace que su 

jinete se vea con un porte majestuoso y radiante. 

Poco a poco vamos observando que la figura viste de 

manera elegantemente un hermoso vestido brocado y 

adornado de piedras preciosas, que bajo la luz del sol 

hacen parecer a la dama como una aparición de la

representación entre un ser angelical o de una doncella 

pura. Sin embargo, nos damos cuenta que su cabeza 

esta coronada y por lo tato estamos ante la presencia 

de la Reina Ginebra, ella nos sonríe, se detiene a nuestro 

lado y apeándose de su caballo, nos indica que la 

sigamos hacia un lado del camino.

En ese lugar y bajo un hermoso árbol hay dispuestas 

diversas rocas que pueden utilizarse como asientos 

y que nos indica que debemos de sentarnos a su vera.

La reina nos mira profundamente hacia el interior del 

alma, nos indica que pongamos nuestra mano en 

nuestro pecho y que seamos lo más fieles que podamos 

ante las preguntas que ella nos va a realizar.

¿Vuestra vida esta dirigida por el amor al trabajo y a 

la sociedad o por el contrario esta regida por el amor 

hacia vosotros y la humanidad?

¿Os sentís prisioneros de las circunstancias que os rodean 

o por el contrario os sentís libres de realizar aquello que 

vibra en el corazón?

¿Sois fieles a vuestros principios en pensamiento, 

acciones y sentimientos o por el contrario estáis 

ocultando lo que verdaderamente deseáis alcanzar en 

vuestro camino?

¿En vuestro fuero interior hay un mar embravecido 

contra el que vuestras emociones chocan y se rompen 

o una pradera de colorida abundancia donde todo os 

eleva y os hace crecer?

Analizad cada respuesta, porque aunque no siempre 

seamos conscientes, todos llevamos una doble 

personalidad, mostrando por un lado nuestra parte 

más mundana y tribal, la que nos hace seguir leyes 

y ordenes sin que nada podamos cambiar y otra que 

permanece oculta en el interior de nuestro ser que

nos fusiona con todo aquello que nos motiva, nos 

engrandece, nos hace apreciar la verdadera belleza 

de todo lo que nos rodea, pero que no siempre se 

entiende ni aprueba.

Quizás por ello algunos me ven como la Reina fuerte, 

empoderada, que gobierna junto a su esposo de 

manera armoniosa y leal.

Mientras que otros ven esa parte funesta y desleal, 

que traiciona, que se deja llevar por su pasión y emoción 

en brazos de su caballero que tanto la protege y le 

entrega una calidez interior.

Nada es malicioso, ni esta ajeno al amor, todo forma 

parte de un mismo sentimiento trabajado desde 

perspectiva distintas, porque para poder entregar 

respeto, equilibrio y justicia, hay que estar empoderado 

en uno mismo y amarse, respetarse, valorarse y sentir 

que tras la parte devocional, existe otra más pasional 

que ayuda a sentirse importante, seguro y con la 

capacidad de saber ver donde termina el trabajo

exterior y donde empieza el interior.

Después la reina saca de la montura de su caballo 

una espada, nos pide que nos arrodillemos ante ella 

y con unos suaves golpes sobre nuestros hombros nos 

nombra sus caballeros y damas de la corte del amor.

Después nos pide que sigamos nuestro camino, dando 

su bendición.

Poco a poco vamos andando de nuevo en el camino 

hasta que vamos recuperando donde estamos, 

quienes somos y vamos despertando.