lunes, 3 de julio de 2017

CUENTOS Y LEYENDAS PARA REFLEXIONAR / EL HILO ROJO


La leyenda del hilo rojo

Los japoneses tienen la creencia que si dos 
personas estas predestinadas a conocerse, 
tienen un hilo rojo atado a su dedo meñique. 
Este hilo rojo es invisible y permanece ahí, 
atado a las dos personas a pesar de las 
circunstancias y situaciones que puedan pasar.
El hilo puede enredarse o tensarse, pero 
nunca romperse.
Esta leyenda surge cuando se descubre que 
cuando la arteria lunar conecta el corazón 
con el dedo meñique; y por el hecho de 
estar unidos por esa arteria, se comenzó a 
decir que los hilos rojos del destino unían 
los meñiques con los corazones; es decir, 
simbolizan el interés compartido y la unión 
de los sentimientos.
Entre el periodo de 1603 al 1867, algunas 
mujeres se amputaban el dedo meñique para 
demostrar el amor a sus maridos, pues se 
consideraba un símbolo de completa lealtad, 
algo similar a lo que siguen haciendo los 
Yakuzas, hoy día como símbolo de obediencia 
a su obayun
“Una leyenda popular cuenta que un anciano 
que habita en la luna, sale de paseo cada noche 
y busca entre las almas aquellas que están 
predestinadas a unirse en la tierra y cuando 
las encuentra las ata con un hilo rojo para 
que no se pierdan.”
También existe otra leyenda muy popular 
entre la población joven de Japón, y dice así:
“Hace mucho, mucho tiempo, un emperador 
se enteró de que en una de las provincias de 
su reino vivía una bruja muy, muy poderosa 
que tenía la capacidad de ver el hilo rojo del 
destino, sabiendo esto, el emperador hizo 
traer ante él la presencia de la bruja.
Cuando la tuvo frente a él, el emperador la 
ordena que buscara el otro extremo del hilo 
que llevaba atado a su dedo meñique y lo 
llevara ante la que sería su esposa; la bruja 
accedió a ello y comenzó a seguir y seguir y 
seguir el hilo del emperador.
Esta búsqueda la llevó hasta un pequeño 
mercado, donde se encontraba una pobre 
campesina con un bebé en sus brazos.
La bruja, al llegar donde la campesina se 
encontraba la invito ponerse de pie e hizo que 
el joven emperador se acercara y le dijo:
-Aquí es donde termina tu hilo.
Al escuchar esto, el emperador enfureció 
empujando a la campesina que aun sostenía 
al bebe entre sus brazos y cayó al suelo, 
hiriendo al bebe gravemente en la frente.
Tras esto, ordeno a sus guardias que detuvieran 
a la bruja y le cortaran la cabeza.
Pasaron muchos, muchos años, y el emperador 
debía de contraer matrimonio, así, su corte 
le recomendó que lo mejor era que desposara 
a la hija de un general muy poderoso. El 
emperador aceptó y llegó el día de boda, el 
momento de ver por primera vez a la que iba 
a ser su esposa, la cual entró en el templo con 
un hermoso vestido y un velo que la cubría 
por completo.
La futura esposa, permitió que el emperador 
la levantase el velo y vio por primera vez su 
hermoso rostro…….tenía una cicatriz muy 
peculiar en la frente.”

En definitiva, este hilo rojo, es el hilo rojo que 
nos une a pesar de las dificultades; ya sean 
familiares y/o sociales.

Ilesin

6 comentarios:

  1. Hola Ilesin.. Interesante historia, el “cordón rojo del destino”.. hay muchos dichos referente a el "hilo" ese hilo invisible que nos une.
    Cuenta que un hilo invisible une a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar el tiempo, el lugar, ni la circunstancia. El hilo se puede estirar o enredar, pero nunca se romperá. Muy interesante..
    Un abrazo..

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    1. Es así de cierto y ese sentimiento permanece eterno en la memoria del alma. Muchas gracias por tus bellas palabras.
      besos

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  2. Una maravillosa historia de como estamos unidos a nuestra alma aún sin estar juntos físicamente. No la conocía. Gracias por compartirla.

    Besos de luz

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    1. Me alegro de que te haya gustado. Que esa unión siga estando presente de alguna manera en tu vida.
      besos

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  3. Interesante
    y bien por los que se han sabido encontrar y seguir unidos.
    besos.

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    1. Nunca sabemos que nos puede deparar la vida y por lo tanto quien sabe si en algun momento nos podemos encontrar con nuestro lazo rojo.
      Muchas gracias por tus bellas palabras.
      Besos

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