SIGNIFICADO Y QUE SE BUSCA EN EL SOLSTICIO
Para la mayoría de las antiguas tradiciones el hombre
y la
naturaleza terrestre eran un microcosmos que
reflejaba los principios del
macrocosmos o del cielo,
así la vida humana dependía y encontraba sentido
en su
relación con el universo y la deidad.
Esta relación se hacía patente
particularmente con
los equinoccios y los solsticios, fechas que, además
de
marcar el cambio de estación y con esto un nuevo
aspecto de energía arquetípica
o procesal, eran
utilizadas como hitos o marcadores dentro del
calendario religioso.
Eran de alguna manera los
cumpleaños y santorales de los dioses y las
potencias
de la naturaleza.
sobre el simbolismo espiritual de la luz:
La adoración de la naturaleza es la adoración de
las
realidades de las cosas con una humilde
resolución de aprender las lecciones de
la luz y
la vida, de que, con el tiempo, nos convirtamos
en honrados sirvientes
de esta Casa de la
Refulgencia. Todas las religiones han tenido
dioses de la
luz y estos dioses de la luz son dioses
del amor. Son deidades que protegen,
preservan,
elevan y redimen toda forma de vida en la
naturaleza.
Y dentro de esta luz tenemos todas las leyes de
la vida, y
las leyes de la vida son los mandamientos,
los métodos, los principio a través
de los cuales
la vida logra la perfección
El Sol es vida, y esta vida es la propiedad común
en todas
las cosas, el poder del cual dependemos.
Desde el más pequeño átomo hasta la
más grande
estrella, la luz es un símbolo de la presencia de
la vida. Esta vida
es una promesa, algo que
debemos de comprender, esta luz no es algo que
se
encendió súbitamente de la nada, en un antiguo
eón, esta luz es eterna. Por
ello la vida es eterna,
la inmortalidad es una certidumbre, el crecimiento
es
inevitable. Porque todas las cosas buenas,
todas las revelaciones, están
basadas en la
inevitable e inmediata y eterna presencia de la
vida. La vida es
por ello algo muy sagrado y al
observar su descenso a través de los diferentes
ordenes de creación, vemos que la vida se
difunde en el ser humano. Hay vida en
nosotros
y esta vida en nosotros ha hecho su tabernáculo
en la carne.
El solsticio de verano, la puerta de los Hombres
Historia y tradición
La celebración del solsticio de verano como tal
data de 5000
años antes de Cristo a raíz de la
permanente observación de la bóveda celeste
por parte de sabios astrónomos-astrólogos.
Los antiguos griegos definían este
acontecimiento
referente al Sol como una puerta de entrada a
otra dimensión, el
sol mermaba día a día porque
penetraba en la dimensión del espíritu de los
hombres, primero lucía en el exterior para después
lucir en el interior. El espíritu
se recoge sobre sí
mismo para asimilar las experiencias vividas que
el sol
interior ilumina. A esta Puerta imaginaria
la llamaron Puerta de los Hombres.
Al solsticio
de invierno lo llamaron la Puerta de los Dioses.
Esta creencia forma parte de la mitología griega
que expresa
en un lenguaje metafórico la relación
del hombre con los dioses creadores que
habitaban el panteón Olímpico, en el hogar de
la luz, que es lo que significa
Olimpo, luminoso.
El hombre sólo puede llegar a la luz, a conectar
con los
dioses del Olimpo mediante una
introspección, cruzando la puerta del
inconsciente.
Los griegos también rendían culto a Apolo, dios
de sol, padre de
la medicina del alma, al que
invocaban encendiendo hogueras de carácter
purificador. Mediante rituales, los kouros, o
terapeutas, sometían a los
enfermos a sesiones
de análisis de sueño mediante la inducción a un
estado
alterado de conciencia. En estas sesiones
les eran reveladas las dolencias del
paciente.
Los kouros, fueron sin duda los primeros
psicoanalistas de la
historia. Más tarde la mitología
romana se referirá a las Puertas Solares como
las
dos caras de Jano, el guardián de las Puertas, el
dios que simboliza la
transición del pasado al
futuro, de la vida a la muerte y el renacimiento.
Jano
tiene influencia sobre las cosechas y
sobre la luz y la oscuridad.
Muchas otras culturas han celebrado y siguen
celebrando este
fenómeno cósmico porque el
Sol es para todos una fiesta, un principio de vida,
la continuidad de la existencia y el primer logo
o divinidad con la que la
humanidad se identificó.
Numerosas leyendas también dejan constancia
de la
existencia de Puertas invisibles, que lo
son a simple vista, para los ojos
físicos, pero
no para la percepción más trascendente del
ser humano durante
este momento mágico.
Dicen que los espíritus más puros, los guías
de luz logran
también acceder a nuestra
dimensión durante el festejo del solsticio para
comunicarse con nosotros.
En la cultura celta los druidas celebraban el
ritual de
Alban Heruin, que consistía encender
hogueras buscando la bendición para las
tierras
y sus frutos, así como buenos augurios para
los enamorados y fertilidad
para las mujeres.
La magia de los druidas invocando a los
Elementales, es decir
a los espíritus de los
elementos de la naturaleza, las Salamandras
del Fuego,
las Ondinas del Agua, las Sílfides y
Elfos del Aire y los gnomos de la Tierra,
son
parte de una tradición que nos ha dejado
numerosas leyendas y mucho
folclore musical.
En Méjico, los guerreros aztecas dedican muchos
rituales al
culto solar para que la “renovación
de los fuegos”, ayude a la tierra y al ser
humano
a respetar los ciclos y a obtener buenas y
abundantes cosecha, así como
salud.
Los Incas del Perú festejan el Inti-Raymi, la
fiesta del
Sol. Es un espectáculo ver en la
explanada de Sacsahuamán, muy cerca de
Cuzco,
las llamaradas de las fogatas que
invocan al astro rey antes de la salida del
sol.
En la tradición hindú el solsticio estival es la
vía de los
ancestros, la pitri-yana, igual que
para los griegos, una puerta que conduce al
interior. Los Indras adoran el fuego primordial
y aseguran que algunos chamanes
durante
el ritual del fuego pueden leer el futuro en las
llamas. Las cenizas de
las hogueras durante
el solsticio se conservan todo un año.
Entre los beréberes de África del norte
de Marruecos y de
Argelia, se celebra la fiesta
del Ansara el 24 de junio. Encienden hogueras
en
las plazas de los pueblos, en lugares que
consideran que necesitan una
purificación.
Arrojan al fuego hierbas medicinales.
Ahúman después sus
principales utensilios,
herramientas y objetos personales.
Consideran que el
humo de las hogueras
protege los campos cultivados y mata los
virus y las malas
energías. Seguidamente
saltan siete veces por encima de las brasas,
purifican
también el interior de las casas y
los enfermos con ramas encendidas para
ahuyentar los malos espíritus e inmunizarse
el cuerpo. Esta tradición procede
de la cultura
pre-islámica porque se basa en el calendario
solar, actualmente
el calendario musulmán
se basa en el calendario lunar aunque se
siguen
conservando muchos de estos rituales.
La tradición cristiana que celebra la fiesta
de san Juan el
24 de junio, adaptó el culto
pagano a las enseñanzas bíblicas.
Según las
Sagradas Escrituras, Zacarías
recibió en sueños un mensaje del Arcángel
Gabriel
anunciándole su próxima paternidad.
Pero Zacarías no lo creyó, seguro de que
su
mujer era estéril. Ante la ausencia de
fe, Zacarías quedó mudo y sólo recobró
la voz el día en que nació su hijo Juan.
En agradecimiento a Dios, Zacarías
encendió una gran hoguera y en un ritual
de purificación, saltó por encima de
las
llamas recitando cánticos de alabanza
al Señor y anunciando el nacimiento
de
su hijo. Esa es la conmemoración de la
Iglesia católica cada 24 de Junio, el
nacimiento de Juan Bautista precursor
de Jesús que anuncia el nacimiento de
una
nueva fe basada no en el rito pagano
del planeta, sino en el poder del sol
interior.
El solsticio de verano, una iniciación
Coincidiendo con el periodo del solsticio,
y por todo lo que
hemos explicado
anteriormente, la fiesta de San Juan
representa esa cultura que
contempla lo
exotérico: el sol como astro que nos permite
la vida, que la
naturaleza siga dándonos
sus frutos; pero también lo esotérico: los
rituales
iniciáticos que tienen lugar en
numerosos lugares de la tierra desde el
21 al
24 de junio, tienen como propósito
recrear la magia, cruzar la “Puerta”, dar
el
salto de una realidad a otra, la posibilidad
que quemar todo lo viejo, mediante
el
acto de arrojar al fuego de las hogueras
todo lo inútil, lo que ya no puede
convivir
con la nueva personalidad naciente.
De la misma forma que todo es
cíclico,
nuestra naturaleza interna también tiene
que renovarse.
De todo ellos se desprende el sentido
mágico de las fuerzas
de la naturaleza.
Suelen recolectarse en esos días del
solsticio diversas
plantas medicinales
porque se ha comprobado que su poder
curativo se multiplica
considerablemente.
Se recogen diversas variedades, como
el hipérico o hierba de
San Juan, la
Manzanilla o Abrótano hembra, la Artemisa,
la Milenrama, el Saúco,
el Gordolobo,
la Pulsatilla alpina, la Onagra y la Perpetua,
el Espliego, el
Romero, el Tomillo. Esas
propiedades medicinales aumentan
gracias a la especial
radiación del Sol
en el solsticio y también a la exhalación
del vapor de agua
llamado Flos-coeli
(flor Celeste), también llamando Flor
de Agua, que se forma al
amanecer,
es el rocío solsticial.
Como este acontecimiento solar se relaciona
con la
purificación, la prosperidad, la
abundancia y la fecundidad, algunas
tradiciones populares cuentan que,
al amanecer del primer día de verano,
las
mujeres de los pueblos iban a
recoger de las fuentes y de los
manantiales la
Flor celeste o Flor del
Agua y se la bebían, creyendo firmemente
que
encontrarían a la pareja adecuada,
se curarían de algún mal, o podrían
concebir
hijos. Durante este ritual solían
entonar cantos específicos dedicados al
rocío.
La tradición de esta fiesta de raíces
milenaria se sigue
celebrando en muchos
lugares del planeta y en todos, las
costumbres son muy
similares. Coinciden
en el encendido de hogueras purificadoras
o de adoración
al Sol. En algunos sitios
también se complementa con baños al
amanecer, como un
ritual de bautismo.
Entrar en el río o en el mar para limpiar
las emociones
para después dar tres
vueltas en sentido contrario a las agujas
del reloj
alrededor de la hoguera. Este
acto simboliza la purificación, para terminar,
se
saltan por encima de las brasas entonando
algún mantra u oración de
transmutación.
Es común también que en la fogata cósmica
se quemen enseres
viejos, intenciones
escritas en un papel y que se celebre la
noche con cantos y
una ofrenda a la tierra.
Que interesante toda la información que nos aportas en este escrito. El día más largo del año, es una apertura muy bonita a esta energía solr de la que nos hablas.
ResponderEliminarMuchas gracias por compartirla.
Gracias a ti por recibirla y compartirla en tu pagina.
EliminarBesos de luz
Muchísimas gracias por la información tan valiosa
ResponderEliminarMuchas gracias a ti por tus palabras, me alegro que te resulte interesante y te ayude en el próximo solsticio.
EliminarBesos de luz