SIR BORS EL DESTERRADO
Sir Bors y su hermano Lionel vivieron muchos años
en la corte del rey Claudas, hasta que se rebelaron
y mataron a Dorin, hijo de Claudas. Antes de que
este último pudiese tomar represalias, fueron
rescatados por la Dama del Lago, que los llevó
a donde estaba su primo Lanzarote para que
vivieran con él. Los tres primos se unirían a los
demás caballeros de la Mesa Redonda en Camelot.
Como los demás varones de su familia, Sir Bors
se une a Lanzarote en el exilio posterior a su
romance con Ginebra, más ayuda a salvar a la
reina de la ejecución en la hoguera.
Bors será uno de los consejeros en quienes más
confiará Lanzarote en su guerra contra Arturo,
y además gobernará las tierras que antes
pertenecían a Claudas.
En las diversas versiones de las leyendas artúricas,
siempre se considera a Sir Bors como uno de los
mejores caballeros de Camelot, que alcanza su
mayor gloria en la Demanda del Santo Grial.
Junto con Perceval y Galahad, Bors es uno de
los tres caballeros que encuentran el Grial en
el castillo de Corbinec, y posteriormente en la
isla de Sarras. Bors es el único de los tres que
regresa vivo a Camelot para narrar al rey Arturo
la aventura del Grial.
En relación con los arcanos del tarot, Sir Bors es
la representación de la justicia, ya que siempre
intenta luchar de manera justa y equilibrada por
aquello que cree es más justo para todos.
En cierta manera nos muestra que cuando actúa
de manera equilibrada entre lo que siente en su
corazón y le impulsa su mente logra alcanzar la
sabiduría suficiente como para entregarse al
camino de la vida de manera justa y así lograr
su propósito de vida.
Como siempre iniciamos la meditación buscando
ese momento en que podamos encontrar cierta
soledad para conectar con nuestra esencia nterior
y empzamos a realizar una profunda respiracion
que nos permita ir liberando nuestro cuerpo de
todas esas tensiones, preocupaciones y dolores
que no nos dejan encontrar ese serenidad interior
que tanto necesitamos. Mientras vamos respirando
vamos sintiendo como nuestro cuerpo se relaja y
poco a poco vamos a visualizar o imaginar que
estamos ante una gran sala desde la cual aparecen
diversas estancias, cada una de ellas tiene una luz
distinta y eso quizás nos puede hacer dudar de
que debemos de hacer, pero precisamente en este
preciso momento vemos aparecer desde el fondo de
la sala a Sir Bors que nos dice que no debemos de
temer nada, que sencillamente analicemos desde
nuestro corazón que deseamos alcanzar, que busquemos
las verdaderas razones de esa elección y que una vez
establecido el orden de nuestra decisión, observemos
de nuevo todas las posibilidades abiertas que tenemos
delante nuestro y que sigamos los impulsos de nuestro
corazón, que seamos justos con nuestras emociones y
sigamos aquello que realmente nos hace ser felices,
equilibrados y que nos ayuda a adquirir confianza y
valor para luchar por nuestros deseos. Que a veces nos
podemos sentir como fuera de lugar, desterrados en
otra frecuencia o espacio / tiempo, pero ello es un
espejismo que desde nuestra mente nuestro miedo
nos envía para paralizar nuestro avance.
Después se retira a un lado de la sala y nos deja espacio
para que podamos ir hacia la estancia que nos esta
atrayendo y podamos experimentar lo que tras de ella
hay y que sin lugar a dudas, nos ayudará a seguir
progresando en nuestro camino de manera justa y
equilibrada. Podéis estar el tiempo que necesitéis,
ya que lo que visualicéis o recibáis ese momento es
parte de vuestras lecciones de vida.
Cuando sintáis que ya habéis recibido todo aquello
que era necesario, regresáis a la gran sala, donde
Sir Bors os aguarda, el os da su ultima lección .
Os dice que para lograr todos los objetivos de la vida,
hay que ser fieles a dos características principales:
la firmeza en la empresa que se quiere alcanzar y
la constancia en nuestras capacidades para poder
lograr alcanzar tal propósito. Solo así podréis llegar
a visualizar la magia del verdadero Grial.
Después os da su bendición y poco a poco vais
notando que vais regresando a vuestro estado cuerpo
y empezáis a moveros de manera tranquila, hasta
abrir los ojos.
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