LUNA FRÍA
El próximo día 29 vamos a tener la última luna
llena del año, llamada también la Luna fría, ya
que ancestralmente esta luna coincidía con un
periodo de frío intenso.
En este año que estamos a punto de cerrar,
esta luna nos ofrece la posibilidad de realizar
el último ritual con su energía poderosa.
Para empezar esta luna va a llegar bajo el
signo de cáncer, que nos habla de emociones
por controlar, soltar y transmutar, es por ello
que implica establecer una cierta renovación,
para empezar a mirar al futuro con ilusión y
confianza, también es un plenilunio que trae
consigo una cierta energía de ternura y
protección.
Pero que nos invita a despertar toda nuestra
energía de una forma más intensa, dando
lugar a cambios repentinos y algunas
reacciones imprevisibles, ya que nuestro
mundo interior se desordena para dar lugar
a un cambio, que nos invita a dejar de mirar
hacia el pasado y a enfocarnos en el futuro
y esta luna nos ayudara a iluminar esos
secretos y a descubrir los misterios que
todavía están ocultos en nosotros.
Es una invitación a explorar en este año
que esta terminando todo lo aprendido,
a sacar conclusiones positivas que nos
servirán de aprendizaje en el futuro,
es por tanto anunciadora de esa
abundancia que esta por llegar y que nos
recordará que para lograr alcanzar esos
beneficios venideros, hay que saber
esforzarse y trabajar, no solamente a
nivel material, sino a nivel espiritual,
abriendo el alma para que pueda
recomponerse en la escala de valores,
a reconstruir su propia identidad y hacer
un trabajo de conocimiento interno y de
meditación para renacer con más fuerza,
invitándote a reencontrarte con las
personas queridas, a reconstruir lazos
rotos, a reforzar la confianza en uno
mismo y en los demás y a recuperar el
amor en la amistad y en la familia, ya que
para ello esta luna esta cargada de ternura,
a través de la cual, los problemas se
vuelven livianos y nos sentimos
reconfortados.
Es un momento de nuevas ilusiones,
de eliminación de relaciones toxicas e
improductivas, de alejarnos de periodos
de oscuridad y de avanzar hacia la luz
del amor incondicional.
Por lo tanto es un momento ideal para
pedir luz, esclarecimiento y agradecimiento
por todo lo recibido, para soltar lastres y
romper con las cadenas del miedo,
el dolor y todos los momentos de
incertidumbre que nos han dejado una
huella de rabia no transmutada.
Es el momento de abrazar a nuestros
seres queridos y agradecer todo lo que
de ellos hemos obtenido, porque forma
parte de nuestro crecimiento y sabiduría
actual.