EL NIÑO/A RECHAZADO
Como ya vimos en la introducción de este apartado
de sanación de vínculos en el que que vamos a
tratar con las heridas del niño interior.
Iniciaremos esta sanación con la del niño rechazado,
que empieza por no sentirse aceptado por su entorno
que empieza por no sentirse aceptado por su entorno
y sobre todo por su padre o madre, lo que le lleva
a sentir un miedo grandioso a ser rechazado, lo que
lleva a una conducta en el que se rechaza a si mismo,
lo que hace que la personas tenga un sentimiento a
que no tiene derecho a existir, se considera inútil y
que no tiene derecho a existir, se considera inútil y
sin valor, por lo que se aísla del
mundo físico y se
interesa por el mundo mental e intelectual. Procura
hacerse
invisible ante los ojos de los demás.
La persona que ha sufrido un rechazo en su vida,
principalmente en los primeros años de vida, tienden
a desarrollar una
personalidad que no se ata con
facilidad a nada, que no toma gran
responsabilidad,
que las cosas materiales no despiertan excesivo
interés ya que
no le permitirán huir. Son personas
que dudan de su derecho a existir.
Como hemos comentado antes, esta herida se
ocasionó por un
rechazo explícito de los progenitores,
la familia, los iguales o los iguales.
Como consecuencia directa, esta herida nos impide
aceptarnos y atender a
nuestros pensamientos,
sentimiento y emociones. El dolor que ocasiona esta
herida impide la construcción
saludable de la
autoestima y del amor propio, generando
pensamientos
descalificativos que retroalimentan
de manera constante el sentimiento de poca
valía
personal. Para sanar esta herida hay que trabajar
de manera profunda
los miedos internos que
padecemos, ocupar nuestro sitio en el mundo y
tomar
decisiones por nosotros mismos.
Todo esto lleva un proceso complejo que hay que
trabajar pormenorizadamente.
Recuerda que eres la única persona que necesitas
para vivir.
Como sanar esta herida
En primer lugar hay que reconocer las heridas y
sus causas. Entendiendo que durante nuestra vida
podemos ir acumulando dolor a lo largo del tiempo,
que en muchas ocasiones es necesario hacer una
pausa para revisar, analizar, limpiar y así poder
continuar. Que es fundamental ubicar nuestras
heridas, dándoles la dimensión que pensamos que
tienen, ubicando los responsables( sobretodo
en nuestra mente) y definiendo que se ha estado
realizando para sanarnos de ellas. Hemos de
aceptar, conscientemente la idea de que todo
lo que ha ocurrido y vivido no se puede cambiar,
que las cosas fueron y no hay nada que lo haga
ser diferente, pero si podemos cambiar la actitud
frente a lo que nos ha ocurrido. Hemos de empezar
por creer en nuestras capacidades, porque ni
somos inútiles, ni tenemos porque huir de las
responsabilidades creyendo que nos estamos
capacitados para enfrentarnos a ellas, hemos
de autovalorarnos y sobretodo amarnos, alejando
todo pensamientos de miedo, duda y limitación
mental.
Meditación para sanar el niño/a rechazado
Iniciamos la meditación buscando un lugar
tranquilo, cómodo, donde nadie pueda molestarnos,
donde nos sintamos seguros y relajados.
Empezamos a buscar una respiración pausada,
acompasada y para ello respiraremos 5 veces
profundamente inspirando por la nariz y exhalando
por la boca, mientras vamos soltando nuestras
preocupaciones y tensiones, a la vez que sentimos
paz y armonia interior.
Después vamos a escuchar los latidos de nuestro
corazón y siguiendo su compás vamos a ir soltando
cada vez más nuestro cuerpo, sintiéndolo cada vez
mas relajado y liviano. Ahora poco a poco vamos
a empezar a visualizar que entramos por una puerta
bella, adornada con múltiples dibujos (dejemos que
nuestra mente escoja esos dibujos, si los ves en color
o en blanco y negro) no juzgues nada todo forma
parte de tu subconsciente, de todo lo que ha ido
dejando huella en tu interior y ha marcado
como eres, como actúas ante la vida. Estas delante
de esa puerta y solo tu decides si vas a traspasarla
o no... Si decides traspasarla, ves que estas delante
de una gran escalinata, que te invita a subir por ella,
poco a poco vas subiendo los peldaños, mientras
vas observando que con cada escalón, tu cuerpo se
siente más relajado y liviano, es como si estuvieras
soltando cada paso una parte de tu pasado, de tus
heridas y vas siendo consciente de tu propia realidad.
te das cuenta de que tu tienes el poder de cambiar
tu vida, tu destino, tu futuro. Has llegado al final
de la escalinata y observas que hay varias puertas
delante de ti (mira cuantas ves, si todas son iguales
o hay alguna que te llama poderosamente la
atención) cada una de ellas es una parte de ti y
de todo aquello que debes de transformar, de sanar
o de comprender para seguir avanzando en tu
proceso de limpieza y armonizacion interior con tu
niño/a interior. Una vez escogida la puerta, ábrela,
observa todo lo ves en esa habitación o lugar, ya que
esa puerta puede ser un recinto interior o un
espacio exterior. Si es un recinto interior, mira cada
elemento que existe si tiene un recuerdo o significado
especial para ti, cógelo y deja que te haya viajar en
el tiempo hacia ese instante, para poder evaluar
que debes de comprender, sanar o perdonar.
Si por el contrario esa puerta se abre al exterior, mira
el paisaje si te trae paz o por el contrario te inquieta,
intenta comprender el porque de ambas sensaciones
y deja que te envuelvan para asimilar su mensaje,
su luz sanadora y acepta todo lo que ella que hace
vivir, sin miedo, porque tu no eres culpable de nada,
ni de los errores de los otros, sencillamente deja que
tu niño/ a interior se sienta libre, para liberar sus
propias emociones alegría, tristeza, dolor, felicidad,
todo forma parte de ese proceso de curación, de esa
liberación y comprensión. Habla con tu niño/a interior,
abrazale, escúchale, amale y sanalo desde el fondo
de tu propio corazón, porque es desde ahí que todo
se transmuta y evoluciona.
Después despídete de él, teniendo en cuenta que
esta dentro de ti y que puedes conectar con su
energía cada vez que lo necesites. Vuelve a cruzar
la puerta, ciérrala detrás de ti, desciende la escalinata,
agradece la experiencia vivida, por es parte de tu
sanación y cruza de nuevo la puerta principal.
Poco a poco vas recuperando, tu consciencia de donde
estas, de tu cuerpo y vas empezando a moverlo
lentamente, hasta que finalmente abres los ojos.
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