martes, 29 de septiembre de 2020

MEDITACIÓN ANGELICAL


 MEDITACIÓN ANGELICAL

Nos sentamos en una postura cómoda, donde nuestro 

cuerpo se pueda relajar y nos concentramos en nuestra 

respiración, que ha de ser suave, relajada, que nos 

permita sumirnos en una sensación de armonía y paz. 

Imaginamos que esa respiración, esta conectada con 

nuestra energía que va subiendo y bajando por nuestra 

columna vertebral, con cada inspiración, llevamos esa 

energía de la tierra desde el chakra raíz hasta el chakra 

corona y en la espiración llevamos esa energía espiritual 

desde el chakra corona hasta el chakra raíz, para limpiar 

y retirar los bloqueos existentes. Cuando sintamos que 

la energía fluye libremente por todos nuestros canales, 

elevamos la energía por la columna y la enviamos al 

cielo, junto con nuestra gratitud por todas las cosas 

buenas que la vida nos ofrece. Visualizando como un día 

nublado, que la recibir esa energía va separando esas 

nubes cuando el rayo brillante de luz blanca las atraviesa 

y se asienta directamente sobre tu cabeza, absorbamos 

esa luz brillante en nuestro ser por encima de la cabeza, 

por este es el vínculo con los ángeles. Dejemos que la luz

 celestial se extienda por nuestro cuerpo, sentir como nutre 

cada una de nuestras células, recibamos las bendiciones 

angelicales que nos son enviadas. Sentir esa energía 

positiva recorrer nuestro cuerpo, dejad que os bañe tanto 

interna como externamente. Ahora enfoquemos nuestra 

consciencia en el chakra corazón, donde los ángeles 

conectan con nosotros con más fuerza, visualizar un color 

rosa y permitir que nuestra consciencia trascienda los 

sentidos ordinarios y entremos en un estado de consciencia 

elevada. Este es nuestro vínculo con el reino ilimitado 

de la sabiduría angelical.

Ahora es el momento de establecer pleno contacto con 

nuestro guía angelical. Desde el centro más profundo de 

nuestro corazón, donde habita nuestra chispa divina, 

emitimos el deseo de que nuestro ángel guía se muestre, 

sentimos que nuestro ángel se acerca, notamos el cambio 

cuando conectamos con la consciencia superior de los 

reinos angélicos. Visualizad a nuestro ángel de pie, a 

nuestro lado, envolviéndonos con sus alas, experimentemos 

el amor incondicional que nuestro ángel nos dirige. 

Es posible que deseemos pedirle guía o preguntarle cuál 

es su nombre, aquietemos nuestro ser y esperemos 

pacientemente una respuesta que desde el corazón brotará. 

Escuchemos que nos tiene que decir, sintamos esa calidez 

en nuestra alma y corazón.

Agradezcamos todo lo vivido, su presencia, su amor y poco 

a poco vamos regresando a tomar consciencia de donde 

estamos, y cuando estemos preparados abrimos los ojos.


miércoles, 23 de septiembre de 2020

18) SANACIÓN DE VÍNCULOS FAMILIARES / RELACIONES DE PAREJA


RELACIONES DE PAREJA

En las heridas que se generan dentro de las relaciones 

de pareja, suele haber un efecto espejo, a través del

cual cada uno de las partes ve en el otro esas 

circunstancias del pasado que todavía están causando

cierto dolor interior y por ello suelen actuar de manera

insatisfactoria frente a la pareja, por ver en ella, esas

partes de si mismos que todavía hay que sanar.

Podemos observar que hay ciertas dinámicas de 

relación que generan sufrimiento, que sabotean 

nuestras relaciones e impiden que crezca el amor 

y la intimidad en la pareja. 

Generalmente conocemos esos patrones porque 

los hemos experimentado muchas veces. 

Pero aunque los conocemos y queremos evitarlos, 

seguimos repitiéndolos.

Estos patrones son solamente la punta de un iceberg. 

No es suficiente con ver la parte visible del problema. 

Para crear relaciones más conscientes, armónicas 

y nutritivas necesitamos ver el iceberg completo. 

El origen de los patrones y las dinámicas de 

codependencia son nuestras heridas emocionales. 

Heridas antiguas, secuelas de carencias, invasiones 

y experiencias traumáticas no integradas de nuestra 

infancia y adolescencia.

En las relaciones de pareja buscamos inconscientemente 

colmar las carencias de nuestro niño/a interior herido/a. 

A través del amor y la intimidad anhelamos nutrir y sanar 

nuestro corazón. Pero, inevitablemente, la relaciones 

provocan el dolor, el temor y las heridas que albergamos 

en nuestro corazón. Al principio de la relación estamos muy 

ilusionados y esperanzados porque creemos que el 

otro puede darnos el amor que necesitamos. 

Pero antes o después empezarán a manifestarse nuestras 

heridas e inseguridades: 

el miedo a perdernos en la relación, a ser usados,

invadidos o abandonados; bloqueos, vergüenza, 

sentimientos de carencia y desvalorización, tristeza 

y rabia. Un malestar y una ansiedad que, cuando no 

gestionamos adecuadamente, genera desconfianza, 

reproches, conflicto, rechazo o dependencia.

El primer patrón de codependencia que observamos 

en la relación de pareja –consecuencia de las heridas 

emocionales de nuestro niño/a interior–, es una 

polarización. Esto es, un miembro de la pareja 

empieza a sentir carencia de amor y se vuelve 

“dependiente,” mientras que el otro se siente 

sofocado por la necesidad o las expectativas de 

su pareja y se vuelve “rechazador.” 

El rechazador cree que el problema lo tiene el otro 

por albergar demasiadas expectativas. 

Mientras que el dependiente cree que el 

rechazador se escuda con una coraza para no abrirse 

realmente. Ambos tienen parte de razón, pero la

solución no pasa por intentar cambiar al otro.

Aunque lo viven de forma muy distinta, los dos 

miembros de la pareja se sienten traicionados en 

sus necesidades y se acusan mutuamente por su 

malestar y por los problemas de la relación. 

El dependiente reclama más tiempo compartido, 

amor y compromiso, mientras que el rechazador 

quiere más espacio, desapego e independencia. 

Este desencuentro genera mucha susceptibilidad 

y dificultad para abrirnos, ser vulnerables y 

conectar íntimamente. 

Sin un esfuerzo por ambas partes para traer 

consciencia y responsabilidad a las heridas y 

temores que están aflorando, la relación entrará 

en una espiral de reproches, dolor y desamor 

que conducirá a la ruptura.

Además de estos patrones, cuando no se ha 

sanado los vínculos familiares, para tratar de 

conseguir amor utilizamos unos roles. 

Algunas personas buscan el amor “queriendo

 ayudar,” asumiendo un rol parental, 

comportándose como padre/madre, maestro, 

cuidador, salvador o psicólogo de su pareja. 

Mientras que el otro/a tiende a empequeñecerse, 

a delegar su responsabilidad, a volverse 

“niño/a,” a tomar un rol filial.

Al principio de la relación ambos miembros 

de la pareja pueden sentirse muy a gusto 

interpretando su rol. Los dos se alegran de 

haberse encontrado, porque aparentemente 

se complementan muy bien. 

Pero el desequilibrio que generan roles, 

unido a la falta de contacto y responsabilidad 

con aquello que disfrazan los roles, dañan 

la autoestima, la confianza y la intimidad.

Ello hace que se generen 4 patrones 

-Aceptación

Viene detrás de una herida escondida de culpa,

rechazo y vacío.

Que solo podrá sanarse perdonando y valorándose

a si mismo.

-Afecto

Viene detrás de una herida escondida de soledad

y abandono.

Que solo podrá sanarse soltando el apego que 

se tiene hacia la pareja.

-Respeto

Viene detrás de la herida escondida de

la humillación.

Que solo se podrá sanar cuando la persona

se reafirme a si misma y deje de tener un

papel servicial.

-Reconocimiento

Viene detrás de la herida escondida de

la frustración y la desconfianza.

Que solo podrá sanarse cuando la persona

sea consciente de sus carencias.



lunes, 21 de septiembre de 2020

EQUINOCCION DE OTOÑO


EQUINOCCIO DE OTOÑO

El equinoccio de otoño, es el instante en que 
todo llega a su equilibrio natural, es el 
momento en el que la noche y el día tienen la 
misma duración y por un espacio de tiempo 
se cancela la dualidad y todos podemos ser uno. 
Es el momento para dar gracias por todos 
los frutos recogidos y preparase para ese 
periodo de interiorización que de forma
natural nos llega junto con el invierno.
Es el momento para analizar todo el trabajo 
realizado, para darnos cuenta de todo aquello 
que todavía hay que enfatizar y todo lo que 
como hojas hay que dejar caer, soltar, liberar
de nuestras ramas para dejar ese espacio, a 
través del cual, cuando llegue su momento
brotarán nuevas hojas que nos darán paso 
a nuevas ideas y proyectos con los que seguir
evolucionando y creciendo interna y externamente.
En el equinoccio, la naturaleza nos muestra
de forma amorosa, todos esos ciclos de expansión
y contracción, de luz y oscuridad, de acción y
pasividad, es su manera de mostrar como la vida
fluye, palpita en cada nuevo ciclo, en cada nuevo
alimento de vida, nos enseña como podemos
sincronizarnos a esos mismos ciclos de manera
natural, porque forman parte de nuestra 
naturaleza vital, de nuestro aprendizaje en el
camino de conexión con nuestra verdadera
esencia y la fuente universal. Todo lo que nos 
rodea es parte de nosotros y nosotros formamos 
parte de esa magia natural, que por mucho
tiempo hemos silenciado y apartado de nuestro
camino y hay que recuperar.
Esa es la gran magia del equinoccio, volver a 
resintonizar nuestro ser, con la madre naturaleza
y al igual que ella tomar un tiempo de descanso
y reflexión, para darnos cuenta de que todo tiene 
su instante para nacer, crecer, expandirse y
morir, para después renacer con más fuerza 
y valor interior.

miércoles, 16 de septiembre de 2020

17)SANACIÓN DE VÍNCULOS FAMILIARES / MEDITACIÓN FINAL DEL NIÑO INTERIOR


 MEDITACIÓN FINAL DEL NIÑO INTERIOR

Iniciamos la meditación con 5 respiraciones 

profundas, relajadas que nos permiten ir 

soltando, con todas las tensiones, las 

preocupaciones, las limitaciones y los apegos 

que durante nuestra vida hemos ido recibiendo.

Vamos centrando nuestra atención en nuestro 

corazón, en sus latidos, en ese compás que 

nos adentra hacia nuestra esencia interior, 

hacia la comunicación con nuestro niño 

interior, con sus energía y amor.

Poco a poco vamos a ir visualizando que nos 

dirigimos por un pasillo lleno de luz y con 

múltiples puertas, que nos están invitando 

a ser abiertas, a descubrir que hay detrás de 

ellas, estamos en el almacén de los registros,

donde están guardadas todas las experiencias, 

los recuerdos vividos, las emociones sentidas,

que nos han ido forjando quienes somos hoy.

Observamos todas y cada una de esas puertas 

respiramos profundamente, para sintonizar 

con las energías allí presentes de todos esos 

instantes vividos, de todas y cada una de las 

historias pasadas que nos dejaron huellas 

imborrables, algunas hermosas, otras dolorosas 

y quizás algunas traumáticas, pero que hay

que perdonar, sanar y transmutar.

Una vez reconocida la puerta que nos esta 

llamando, nos acercamos despacio hacia ella 

y con mano firme y decidida, la abrimos y 

penetramos en ella, recordemos que nos hay 

dolor, ni miedo, solo amor, comprensión 

que estamos en un proceso de sanación y 

aprendizaje de las verdaderas lecciones que 

junto a nuestro niño interior hemos aprendido.

Observar la estancia, si esta vacía o con objetos, 

si hay personas o tal vez algo que debéis 

de averiguar para poder cerrar esa pagina 

del pasado que todavía hoy os impide progresar. 

No juzguéis nada, todo esta bien, todo es 

perfecto y esta acordado para vuestra sanación. 

Es un momento para recuperar esa alineación

con la energía de vuestro niño interior, abrazarle, 

amarle, besarle, comprenderle, sed uno con su ser.

Estáis junto en este proceso de soltar creencias, 

pensamientos, emociones y sentimientos 

obsoletos, que os han estado dañando y 

bloqueando vuestro camino.

Hoy vais a desprenderos de ellos, vas a liberar 

vuestra alma de todo aquello que os ha dañado, 

limitado e infringido temor.

Para ello vais a repetir conmigo:

Oh, mi niño...

Me perdonarás por todos los errores de 

pensamiento, palabras, hechos y acciones que 

he acumulado y te he presentado en estos 

eones de tiempo.

Como tu madre / padre, hoy te perdono por 

todos tus errores, tus miedos, resentimientos, 

inseguridades, culpas y frustraciones.

Ven y dame la mano, y con reverencia pídele 

al padre, nuestro Aumakua, que se una a 

nosotros y tome nuestras manos, como una 

unidad de dos, pídele al padre que se una

a nosotros y así convirtamos los tres en una 

unidad de uno.

Hago que el amor fluya de mí hacia ti y de 

nosotros hacia el padre.

Que el divino creador nos abrace en el círculo 

del amor divino. 

Perdóname, lo siento, gracias, te amo.

Ahora nos despedimos agradeciendo a la 

fuente, a nuestro niño interior, a nuestro 

yo superior, a nuestros guías y ancestros 

toda la ayuda recibida, todo el amor y nos

vamos acercando de nuevo hacia la puerta, 

echamos una última mirada, hacia atrás, 

hacia esa parte del pasado que ya no volverá, 

cruzamos la puerta y esta se cierra para

siempre, porque hemos sanado y perdonado.

Volvemos a caminar por el pasillo, hasta 

que poco a poco vamos viendo que todo 

desaparece y vamos tomando conciencia de 

donde estamos, y de nuestro cuerpo.

Respiramos profundamente varias veces y 

empezamos a mover nuestro cuerpo, manos, 

brazos, pies, piernas, torso, espalda, hasta 

que finalmente estamos preparados para 

abrir los ojos y tomar consciencia de nuestro 

aquí y ahora.

miércoles, 9 de septiembre de 2020

16) SANACIÓN DE VINCULOS FAMILIARES / EL NIÑO INJUSTO


EL NIÑO INJUSTO

Esta herida emocional se origina, cuando los 

progenitores son fríos y rígidos, con una 

educación autoritaria y no respetuosa hacía

los niños. La exigencia constante generará

sentimientos de ineficacia, inutilidad y la 

sensación de injusticia.

Esta herida emocional genera adultos rígidos,

que no son capaces de negociar ni de mantener

diálogos con opiniones diversas. Sus intenciones

girarán en torno a ganar poder e importancia,

siendo fanáticos del orden y el perfeccionismo.

Como sanar la herida del niño injusto

La mejor forma de sanar esta herida es trabajar

la rigidez mental, cultivando la flexibilidad y 

la confianza hacia los demás. Hay que aprender 

a no exigirse tanto, a criticar y sobretodo hay 

que valorarse tal y como cada uno es.

En cierta manera hay que destruir esa armadura

que se ha creado y que impide a la persona

mostrarse con todo su poder y capacidad.

Hay que conectar con sus sentimientos, mostrar 

cariño hacia si mismo y los demás, aceptar los 

limites y escuchar a nuestro cuerpo (físico,

psíquico y emocional) para evitar agotamientos

y enfados

Meditación para sanar al niño injusto

Iniciamos la meditación con una respiración

profunda relajada que nos permita interiorizarnos 

en nuestro interior y abrir las puertas de nuestras 

emociones. Vamos liberando esa tensión acumulada,

esa rigidez mental, y emocional que nos esta

impidiendo mostramos como somos de verdad y

vamos soltando el dolor de nos a ver sido escuchados,

comprendidos y valorados en nuestra vida.

Poco a poco vamos visualizando nuestro cuerpo 

dentro de una armadura, que esta en algunas partes 

rota, oxidada y que nos impide movernos en

libertad, y nos damos cuenta que esa armadura 

la hemos creado nosotros mismos con nuestros

miedos, inseguridades y rigideces mentales,

así que poco a poco vamos revisando nuestra

vida, nuestras emociones, nuestros pensamientos

y vamos aceptando que todos podemos ser y somos

mucho más de lo que a veces creemos, que estamos

más que capacitados para alcanzar y obtener 

todo aquello que necesitamos y deseamos, visualizando

que con cada pensamiento positivo hacia nosotros

mismos y con cada acto de amor incondicional hacia

quienes somos una parte de esa armadura se cae,

se desprende, permitiendo sentirnos más livianos,

más confiados y conectados con nuestra esencia

interior. Sin embargo, hay una parte de la armadura

que parece resistirse y que esta cerca del corazón,

es la morada de nuestro niño interior, que ha

permanecido encerrado y silenciado por mucho tiempo

de manera injusta, por eso hay que recuperar su

amor, su confianza, su contacto de alma a alma y

que vea que deseamos amarle, valorarle y aprender 

de él, hablarle convencerlo de que vuestros sentimientos 

son verdaderos y que ya nunca se volverá a sentir 

oprimido, que necesitáis caminar juntos en este senda 

de conocimiento personal, para transmutar el dolor.

Estar con él el tiempo que necesitéis, no hay prisa.

Cuando creáis que ya estáis preparados, volved 

poco a poco a tomar consciencia de donde estáis 

y de vuestro cuerpo, empezando a mover pies, piernas,

brazos, manos, espalda, etc hasta abrir los ojos. 

Agradeciendo la experiencia vivida

miércoles, 2 de septiembre de 2020

15) SANACIÓN DE VINCULOS FAMILIARES / EL NIÑO /A TRAICIONADO


EL NIÑO /A TRAICIONADO

La herida de este niño/a surgen cuando este se

siente traicionado por alguno de sus padres, 

porque no ha cumplido una promesa. esta 

situación generará sentimientos de aislamiento

y desconfianza que en ocasiones, pueden

transformarse en envidia, debido a que el

niño no se siente merecedor de lo prometido

y de lo que otras personas tienen.

Esta herida emocional construye una personalidad

fuerte, en la que predomina la necesidad de control,

para asegurar la fidelidad y lealtad, que muchas 

veces no permite respirar a los demás porque 

ejerce un efecto controlador en todos los sentidos.

Como sanar la herida del niño /a traicionado

En este caso, hay que trabajar la paciencia, 

la tolerancia, la confianza y la delegación de

responsabilidades en los demás. Por que lo que es

verdaderamente primordial, es que la persona 

de alguna manera vaya recuperando confianza

con el entorno que le rodea, que observe,

que nada tienen porque traicionarlo y que si 

por si mismo no genera esa tolerancia, confianza

y sigue desconfiando, es posible que vuelva 

a sentirse traicionado por crear unas expectativas

muy elevadas y que pueden no hacerse realidad.

Meditación para sanar al niño /a traicionado

Iniciamos una respiración suave profunda, y calmada,

que nos permite ir soltando todas esas preocupaciones,

tensiones y malestar que exista en nuestro cuerpo.

Respiramos t recogemos todo el amor, la paz y

energía de todo lo que nos rodea, lo que nos 

permite sentirnos más serenos y relajados.

Poco a poco vamos visualizando un momento de 

nuestra vida en el que nos hayamos sentido traicionados,

observamos desde una perspectiva más elevada, que es

lo que verdaderamente nos hizo sentirnos mal, que

creemos que fue lo que produjo ese sentimiento de

traición, y aislamiento por nuestra parte. Recordemos

que estamos viendo ese momento desde una perspectiva 

más elevada y por tanto con una energía abierta al

perdón y a la confianza de que todo tiene una

explicación. Seguimos mirando y aprendiendo de

esa situación y poco a poco buscamos a ese niño

interior que esta también en ese mismo lugar, 

hablemosle, dejemos que él exprese lo que sintió

y siente dentro de si mismo frente a esas conductas

de desconfianza, de impaciencia, de intolerancia,

que pueden surgir en nosotros y que de alguna manera

le afectan a él directamente, porque somos parte 

de una mismo ser de luz. Expresar lo que ahora sentís 

después de oírle, reestablecer su confianza, recuperar

su conexión, porque si le amáis a él, os estáis amando 

a vosotros mismos, os estáis perdonando a vosotros

mismos y liberáis y soltáis todas esas cargas densas

que os impiden el abriros a los demás, a mostrar 

confianza, tolerancia, paciencia y generosidad.

Cada paso que deis por solventar esas acciones, es

una cuerda menos que os ata a esa herida y por lo

tanto la estáis sanando, transmutando y permitiendo

que en ese espacio entre una nueva luz la del amor.

Despedidos de vuestro niño interior, agradecerle todo

lo que os ayuda,lo que os ama y poco a poco vais

recuperando consciencia de donde estáis, de vuestro 

cuerpo y empezáis a mover pies, piernas, brazos,

manos, cuello, cabeza, hasta sentir que ya estáis 

preparados para abrir los ojos.