miércoles, 16 de septiembre de 2020

17)SANACIÓN DE VÍNCULOS FAMILIARES / MEDITACIÓN FINAL DEL NIÑO INTERIOR


 MEDITACIÓN FINAL DEL NIÑO INTERIOR

Iniciamos la meditación con 5 respiraciones 

profundas, relajadas que nos permiten ir 

soltando, con todas las tensiones, las 

preocupaciones, las limitaciones y los apegos 

que durante nuestra vida hemos ido recibiendo.

Vamos centrando nuestra atención en nuestro 

corazón, en sus latidos, en ese compás que 

nos adentra hacia nuestra esencia interior, 

hacia la comunicación con nuestro niño 

interior, con sus energía y amor.

Poco a poco vamos a ir visualizando que nos 

dirigimos por un pasillo lleno de luz y con 

múltiples puertas, que nos están invitando 

a ser abiertas, a descubrir que hay detrás de 

ellas, estamos en el almacén de los registros,

donde están guardadas todas las experiencias, 

los recuerdos vividos, las emociones sentidas,

que nos han ido forjando quienes somos hoy.

Observamos todas y cada una de esas puertas 

respiramos profundamente, para sintonizar 

con las energías allí presentes de todos esos 

instantes vividos, de todas y cada una de las 

historias pasadas que nos dejaron huellas 

imborrables, algunas hermosas, otras dolorosas 

y quizás algunas traumáticas, pero que hay

que perdonar, sanar y transmutar.

Una vez reconocida la puerta que nos esta 

llamando, nos acercamos despacio hacia ella 

y con mano firme y decidida, la abrimos y 

penetramos en ella, recordemos que nos hay 

dolor, ni miedo, solo amor, comprensión 

que estamos en un proceso de sanación y 

aprendizaje de las verdaderas lecciones que 

junto a nuestro niño interior hemos aprendido.

Observar la estancia, si esta vacía o con objetos, 

si hay personas o tal vez algo que debéis 

de averiguar para poder cerrar esa pagina 

del pasado que todavía hoy os impide progresar. 

No juzguéis nada, todo esta bien, todo es 

perfecto y esta acordado para vuestra sanación. 

Es un momento para recuperar esa alineación

con la energía de vuestro niño interior, abrazarle, 

amarle, besarle, comprenderle, sed uno con su ser.

Estáis junto en este proceso de soltar creencias, 

pensamientos, emociones y sentimientos 

obsoletos, que os han estado dañando y 

bloqueando vuestro camino.

Hoy vais a desprenderos de ellos, vas a liberar 

vuestra alma de todo aquello que os ha dañado, 

limitado e infringido temor.

Para ello vais a repetir conmigo:

Oh, mi niño...

Me perdonarás por todos los errores de 

pensamiento, palabras, hechos y acciones que 

he acumulado y te he presentado en estos 

eones de tiempo.

Como tu madre / padre, hoy te perdono por 

todos tus errores, tus miedos, resentimientos, 

inseguridades, culpas y frustraciones.

Ven y dame la mano, y con reverencia pídele 

al padre, nuestro Aumakua, que se una a 

nosotros y tome nuestras manos, como una 

unidad de dos, pídele al padre que se una

a nosotros y así convirtamos los tres en una 

unidad de uno.

Hago que el amor fluya de mí hacia ti y de 

nosotros hacia el padre.

Que el divino creador nos abrace en el círculo 

del amor divino. 

Perdóname, lo siento, gracias, te amo.

Ahora nos despedimos agradeciendo a la 

fuente, a nuestro niño interior, a nuestro 

yo superior, a nuestros guías y ancestros 

toda la ayuda recibida, todo el amor y nos

vamos acercando de nuevo hacia la puerta, 

echamos una última mirada, hacia atrás, 

hacia esa parte del pasado que ya no volverá, 

cruzamos la puerta y esta se cierra para

siempre, porque hemos sanado y perdonado.

Volvemos a caminar por el pasillo, hasta 

que poco a poco vamos viendo que todo 

desaparece y vamos tomando conciencia de 

donde estamos, y de nuestro cuerpo.

Respiramos profundamente varias veces y 

empezamos a mover nuestro cuerpo, manos, 

brazos, pies, piernas, torso, espalda, hasta 

que finalmente estamos preparados para 

abrir los ojos y tomar consciencia de nuestro 

aquí y ahora.

No hay comentarios:

Publicar un comentario